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CARTA DEL CAPELLÁN

Querida Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén de Zamora:

Asomándome a la historia de nuestra Real Cofradía, resuena en mi interior la espiritualidad franciscana que fue antesala de lo que es hoy nuestra Cofradía. Llevar por las calles de nuestra Zamora este paso que reconoce a Jesús como Mesías y Señor es para todos nosotros un gozo y, especialmente para las familias y los niños, una gran alegría. Sólo basta vivir una procesión para darse cuenta el misterio que envuelve nuestra Semana Santa y de lo que supone proclamar nuestra fe a tiempo y a destiempo, con el fin de que todos pongamos nuestra mirada en Cristo que entra triunfal a Jerusalén como desea entrar definitivamen-te triunfal en nuestro corazón y en nuestra historia.

Hemos celebrado esta Navidad el 800 aniversario del primer Belén acontecido en Greccio (Italia) por manos de San Francisco. También en este año se conmemora el 800 aniversario de la impresión de las Llagas de San Francisco de Asís. Por este motivo, y por las raíces de las que se nutrieron nuestra Real Cofradía, quisiera recordarlas aquí. La entrada de Jesús el Domingo de Ramos en Jerusalén es la entrada al misterio sufriente de la Cruz. Sellado el Cuerpo de Cristo con las llagas que permanecerán después de la Resurrección para siempre en Él como testimonio del gran amor que nos tiene. Me gustaría recordar de San Francisco estas palabras que dirige en una carta a todos aquellos que quieran escuchar:

…Ciertamente debemos confesar al sacerdote todos nuestros pecados; y recibamos de él el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Quien no come su carne y no bebe su sangre (cf. Jn 6,55. 57), no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3,5). Sin embargo, que coma y beba dignamente, porque quien lo recibe indignamente, come y bebe su propia condenación, no distinguiendo el cuerpo del Señor (1 Cor 11,29), esto es, que no lo discierne. Además, hagamos frutos dignos de penitencia (Lc 3,8). Y amemos al prójimo como a nosotros mismos (cf. Mt 22,39). Y si alguno no quiere amarlo como a sí mismo, al menos no le cause mal, sino que le haga bien…

Quiero felicitar a toda la Cofradía, a la Junta Directiva, a todos los hermanos que disciernen el futuro de nuestra Semana Santa. Mi deseo para todos vosotros es el deseo de Cristo. Hagamos posible la vivencia del Evangelio en el hoy de nuestra Zamora y seamos para todos, ejemplo de buen hacer y saber estar.

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